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Prologo

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La mirada secuestrada

Estamos delante de las únicas imágenes que no fueron capturadas por un subcontratado de la Petrobras. No sabemos su identidad, pero sabemos su intención: preservar a Lula. Tras notar que el ángulo elegido revela un acto vacío, le da la espalda al público y apunta el celular hasta el ex presidente (Lula da Silva).

Pero no se trata de un cineasta profesional.

En el lado derecho es posible ver a los trabajadores adentrándose en el astillero.

Ellos no se detienen para oír lo qué Lula está diciendo.

 “…y yo les voy a repetir, quien debería estar aquí. Quien debería estar aquí es el dueño del astillero, es el dueño del astillero. Él debería ser el primero en estar aquí y su gerente también. Tomar el micrófono y pedirles: Compañeros trabajadores, nosotros necesitamos unión para garantizar el funcionamiento del astillero. Ahora él está escondiéndose, además ayer yo supe que él ha amenazado a los trabajadores.”

Ya no siendo el presidente, y tampoco sindicalista ¿qué fuerza tendría él para impedir una dimisión? 

Lula tal vez haya sufrido las consecuencias de algo que él mismo ayudo a crear. 

La idea de que la clase obrera se había convertido en otra clase: la nueva clase media. Y que se había quedado atrás el tiempo en que era necesario luchar y reconocer en el patrón al enemigo.

Imagen de un sueño.

El título, Imagen de un sueño, da nombre a la sucesión de estos fragmentos que el director rescata de YouTube.  Como nombre ya es una declaración que regurgita cuestiones siempre ligadas a la mejora de las condiciones del trabajo, y la utopía como horizonte para alcanzar los anhelos de una clase obrera históricamente obligada a tal demanda. A algo de esto también me remite este secuestro de la mirada en la escena que Lula habla a un público numeroso, aunque imaginario. Esta escena es una fisura que se me abre en el centro de la película. Vuelvo a ella constantemente, porque en esa grieta se disparan cuestiones que abren nuevas preguntas para lo que viene y también, para lo que vendrá después de este 2020. Me atrapa esa voluntad por no mostrar el ángulo que descubre a Lula hablando a la ausencia de público. Retenida nuestra visión, imposibilita abordar esta ausencia y en la negación de tal cuestión me permito intuir un signo de nuestra época. La omisión sostenida que preserva a Lula e inhabilita las alternativas que podrían desatarse de asumir la circunstancia que acontece. Se prescinde del contenido circunstancial. Se ha establecido una rutina de lectura de la realidad que nos empobrece y también afecta a la lucha obrera. A pesar de que vivimos en una realidad en permanente tránsito el discurso construido en la dialéctica obrera y sindicalista permanece fijo, y me atrevo a decir predecible. Aunque lo que se proclama no presenta nuevas estrategias de acción colectiva, la imagen que no vemos y se omite está proponiendo algo. Vuelvo a señalar la escena como desencadenante de algo importante por omisión.

Imagen construida

Robert Frank decía que la fotocopia de la realidad debía ser hecha no en el clímax sino en el lapso que separa sucesivos instantes decisivos (Fontcuberta. EL beso de Judas 2011.pag 47). Así esta escena, en mi visionado, siento que emerge como la punta del iceberg para marcar un punto de inflexión, no solo en la película sino en mi vuelta al trabajo personal y a las noticias diarias. El trabajo del director de Imagen de un sueño,Leonardo Olimpo, reúne estos fragmentos que estaban disponibles en la red y que fueron realizados por trabajadores que se filman y se retratan en el escenario de Petrobras. Esta suma de relatos abarca una década que va desde 2008 hasta 2010 (época que merece dedicarle personalmente una pequeña contextualización político-social del país para comprender la magnitud del derrumbe). Olimpo reúne estos videos que muestran imágenes de obreros en descansos, cantando, trabajando y en huelga, protestas y manifestaciones también. Si bien las imágenes de obreros han sido documentadas desde que los hermanos Lumiere los filmaron huyendo de la fábrica, ahora en esta ocasión son ellos mismos quienes se filman. Detalle que no es menor pues quienes tienen el artefacto que graba y les permite retratarse celebrando sus acciones son ellos. A lo largo de estos fragmentos una voz de narrador apunta esta cuestión como una nueva realidad en la que la clase obrera, como la clase media, tiene ya acceso al registro y el autorretrato porque hoy esos obreros no solo han adoptado los códigos narrativos fílmicos, sino que además acceden a una cámara. Este efecto colateral de la evolución tecnológica además es también consecuencia de la asimilación de hábitos de consumo y formas de vida de la clase media (al igual que el acceso a vivienda en propiedad, coche, vacaciones y ocio). Razón por la cual estas imágenes muestran, obedeciendo a los modos de hacerlo en la época contemporánea, imágenes que proclaman el ámbito personal y familiar de estos trabajadores en su escenario laboral.

Vienen a sumarse a esta mezcla de intuiciones, flashazos e ideas desorganizadas mientras continuo con el visionado las crisis ideológicas y estratégicas que tuvieron lugar en la izquierda tras las coyunturas de 1968 y 1989. Reflexiono acerca de la conciencia de clase y las herencias implantadas pero también, o sobre todo, sobre las trasplantadas. Aprovecho esta película para asomarme al mundo de la mano de estos trabajadores, desde la realización que es producida por ellos mismos, es decir, desde su voz. Como espectadora me quedo suspendida en ese fragmento para ir y volver mentalmente mientras avanza la película. Se superponen cuestiones que tienen interés en la lucha obrera y en la propia tecnología de la imagen y su reflejo en la cultura, y por ende en la cultura de clases y lucha obrera ¿Es también el mundo obrero víctima de las imágenes que preceden a la realidad? Es decir, ¿reconocer lo escenográfico de nuestro decorado aniquila el crecimiento como sujetos políticos que encaren una situación con nuevas perspectivas? Inherente a la cultura de masas se reprime cierto potencial de las contradicciones, ¿es esto también parte de la herencia que ha adoptado el movimiento obrero?

La mirada oblicua

En 1968 Pasolini, en un programa de televisión, se peguntaba cómo sería la revolución de los hijos de los trabajadores. Pienso en Pasolini y en esa escena. Superpongo mentalmente las arengas de Lula y las exhortaciones de Pasolini. Brasil como Yemén, que ya lo abordara en su Gennariello, se me aparecen como potenciales lugares para la resistencia al colonialismo corporativo. Lugares qué, como una cadena de transformaciones territoriales, han sucumbido. Pienso en Pasolini viendo esta película y analizándola desde su mirada de director de cine pero también desde el lugar de intelectual irreverente e incomodo para la sociedad. ¿Cómo analizar esta estrategia de quien filma? Si bien no es nueva la táctica de mostrar e invisibilizar para afinar el mensaje ¿qué estaría sucediendo en esta escena qué trata de redireccionar este obrero que filma? La dificultad para representar al conjunto de la fuerza de trabajo es histórica – así el problema de la conciencia de clase – pero en este tiempo nuestro al invisibilizar parte de la escena ¿qué identidad colectiva estaría develando esta táctica? Tal vez sintoniza con la opacidad del adversario común, mejorada hasta un perfeccionamiento inaudito. Oculto, lo innombrable gana en eficacia. Aunque Lula refiera al dueño del astillero, ¿en una economía global quién es el dueño del astillero? Aún forzando una acción sindical internacional y coordinada frente a políticas económicas y laborales globales. ¿hay ingenuidad en el posible impacto de una huelga? Un año más gracias a un festival como LAN me coloco en este disparadero de cuestiones sobre las implicaciones del trabajo y la organización. Me propongo este método para cada visionado de los que continúan, fijar la mirada en las implicaciones y las características de los tránsitos, mirar lo que vemos forzando el ángulo. Buscar ahí, más allá de donde no se ve porque se hace invisible, las herramientas para dar respuesta a la precariedad y la desigualdad social.